Ante esta situación queremos humildemente apoyar a la difusión de estos esfuerzos y continuar así en la lucha por una mejora de la situación de nuestro cine, es por eso que conversamos con Daniel Ró, director de “El Acuarelista”, película nacional que se estrena mañana jueves 27 de noviembre en las salas de la ciudad.
Daniel nos contó acerca del motivo de su película y compartió con nosotros su experiencia de transformación vocacional hacia el cine, además de manifestar su peculiar punto de vista sobre las posibilidades de hacer industria de cine en el Perú.
Hola Daniel, gracias por recibirnos y conceder esta entrevista para la Trinchera del Cine. Como primera pregunta, ¿Qué podrías contarnos acerca de tu trayectoria?
Yo soy economista y me desempeñé como rector de una universidad hace un buen tiempo. Recién, hace una década atrás, cuando tenia 38 años, me inicié en la carrera del cine, es decir que esta es mi segunda carrera y es una vocación que tuve toda mi vida, pero que de alguna forma la mantuve reprimida por mucho tiempo, hasta que un día dije: “ voy a comenzar a hacer cine”. Es así que en 1998, yo estaba viviendo en Trujillo, y me mude a Lima con un guión que yo había escrito y que llevaba por título “El colchón”; un corto en blanco y negro, sin diálogo y que fue el primer corto que hice; lo terminé y lo presente a varios festivales donde tuvo la suerte de ser seleccionado; así empecé a viajar con el corto y fui al festival de Sao Paulo, después al de Huesca y también a un festival en Grecia, incluso a Francia, y en todos estos lugares, el corto tuvo bastante acogida.
Después decidí hacer un segundo corto llamado “El triunfador”, esta vez lo hice a color, con diálogos y en 35mm, pues el primero lo hice en 16mm. A este corto también le fue bien y fue a festivales, y cuando estuvo presentándose en Cuba, conocí a la que sería mi mentora, Patricia Kimber, que es una profesora jubilada de la Universidad de Nueva York. Ella vio ambos cortos y se los llevó a Nueva York, y al mes y medio me llama el decano de la Escuela de Cine de Nueva York ofreciéndome una beca para estudiar una maestría en cine. Es así que a los cuarenta años y siendo rector de una universidad termine mudándome a ésta gran urbe de los Estados Unidos, para convertirme en estudiante.
Y bueno, ya instalado en la escuela, había alumnos que tenían la edad de mis alumnos, y que de pronto eran como mis jefes, pues yo tenía que cargar los rieles, el dolly e incluso les llevaba café, toda una experiencia. Así estuve en Nueva York dos años y medio, ya que no pude terminar la maestría porque necesitaba trabajar, debido a que tenía dos hijos y una familia. Con mucha pena tuve que regresar a Perú, sin embargo después hice tres cortos más, el tercero de mi filmografía fue “Confianza”, luego hice “Páramo” y finalmente hice “El diente de oro”; a este corto le fue muy bien, ganó el premio de la crítica en el festival de Montreal, y a raíz de eso, decidí hacer un largometraje: “El acuarelista”, que se va estrenar este mes. Y es así que a partir de un cortito, mi vida cambio completamente.
Cuéntanos acerca de “El acuarelista”, ¿Cuál es la trama, de qué trata la historia?
“El acuarelista” trata sobre un oficinista que se llama “T”, él decide abandonar su vida de burócrata para mudarse a un edificio y dedicarse por completo a pintar acuarelas; al principio le va muy bien, pero a medida que pasan los días, los vecinos empiezan a invadirlo, pues para ellos las acuarelas de “T” son una sublime tontería, una locura. Así a medida que la película progresa, todo esto se vuelve una fuente ovejuna y termina convirtiéndose en una tragedia.
“El acuarelista” es una película cuyo género podríamos catalogarlo como el de comedia dramática, ya que el código de la película está en lo absurdo, algo como la literatura de Kafka y Ionescu, va por ese lado. Socialmente trata del artista enfrentado a lo absurdo y de la importancia de defender tu esencia, porque sino van a venir otros con malas intenciones y te van a desviar de tu vocación.
Finalmente trata de uno mismo, pues yo me demoré mucho para convertirme en cineasta, yo primero era empresario entre comillas, con una carrera formal hasta que vino el cambio, y fue la necesidad de expresar esa experiencia la que me llevo a realizar “El acuarelista”. Es decir yo me sentía feliz aparentemente, pues era una persona que tenia ciertos logros, una tranquilidad económica, un trabajo fijo; pero en las noches, cuando llegaba a mi casa me sentía como un fantasma, no me encontraba, divagaba por mi sala y otros ambientes, hasta que un día ya no pude más, tuve una especie de crisis, que se resolvió de esta forma: escribí mi guión, me mude a Lima y busqué los medios, empecé sin conocer a ningún actor, pero finalmente hice mi primer corto, que tiene una sensación de tristeza, es un drama total. Es que siempre he tratado de manifestar mi experiencia personal y que mejor a través del arte del cine.
Cuéntanos detalles de la película, ¿Cuánto tiempo duro el rodaje, como fue el trabajo con los actores, qué dificultades tuviste?
Bueno la película se rodó en cine con una cámara súper 16 y tuve la suerte de contar con un fotógrafo tailandés de primer nivel que se llama Tanon Sattarujawong, y que fue mi compañero de estudios en Nueva york.
Referente a los actores, estoy muy contento con el trabajo de Miguel Iza, el protagonista, pues es un actor muy versátil, muy inteligente y muy intuitivo a la vez. Están también Salvador del Solar, Patricia Pereyra, Enrique Victoria y Joaquín Escobar, que es un niño que trabaja en la serie “Así es la vida”. Son diez actores en total.
Se hicieron dos etapas de rodaje, la primera duro casi cinco semanas, donde se hizo la fotografía principal, luego se realizó el transfer por edición y después había que hacer las pinturas; éstas tenían que basarse en los fotogramas del film. Para hacer las pinturas convocamos al famoso acuarelista, Juan Bastoneli, que luego de varias conversaciones conmigo pintó 40 acuarelas. Cuando se terminaron de pintar convocamos a Miguel nuevamente para una semana más de rodaje. Entonces estamos ante un proceso bastante largo donde para empezar Miguel estuvo como cinco o seis meses en París haciendo teatro, lo que le imposibilitaba grabar de corrido, por otro lado las acuarelas tomaron mucho tiempo en hacerse debido al cuidado que se les dio.
En el aspecto técnico se hizo un proceso de intermedio digital y para animarla intervino una compañía de efectos especiales que se llama Republic Amazing Studio. Todas las imágenes filmadas más el material de animación se pasó al intermedio digital 2k, vino el fotógrafo de Buenos Aires y se trabajo el color sobre el material digital para obtener una versión de la película en HD (high definition) y luego se pasó a 35mm, que es la versión que vera el público. En resumen, del 16mm al digital y del digital al 35mm.
¿Cómo definirías tu propuesta cinematográfica si tenemos en cuenta que ya has hecho varios cortos y un largo? ¿Sientes que ya tienes un estilo propio o que tienes una marcada influencia de ciertos paradigmas cinematográficos?
Bueno yo estoy amarrado a varias cosas, por ejemplo yo no haría documentales, no me gusta la realidad, prefiero inventármela. Si ponemos a un extremo lo que se llama un director realista que trata de extraer vida de la propia vida, éste por la cámara captura lo que es real en una toma, en cambio en mi caso yo necesito intervenir, crear una realidad, entonces me considero un formalista absoluto; yo veo una puerta que no me interesa filmarla sino transformarla, ponerla como la quiero en mi cabeza, todos mis cortos y este largo tienen esas características que son atemporales.
Tampoco me interesa el tema de la coyuntura de lo que esta pasando ahora, sino más bien me interesa un mundo hermético, un universo propio. Me interesa mucho que el espectador se vaya con una reflexión de sí mismo, por eso es el que “El acuarelista” habla de una profesión, de una meta, todos tenemos metas en la vida, pero qué fácil es desviarnos de esa metas.
Puede venir alguien con malas intenciones, hacer una cosa, hacer otra, desviarnos, pero de lo que se trata es de no ser infeliz, yo no quise ser infeliz, no quise ser una persona invisible, por eso y ojalá cuando vean la película, las personas se digan para sí: yo tengo esta meta y la voy a seguir, sino me pasará lo que le pasó al acuarelista.
En general la película es el asesinato colectivo del alma de una persona, entonces hay que tener coraje para no dejarnos quebrantar de repente por nuestros propios padres o nuestros propios abuelos que tal vez vienen con una buena intención y piensan que es lo correcto para nosotros, cuando en realidad no lo es. El acuarelista somos todos, el acuarela es una excusa, podría haber sido, no sé, una persona que quiso resolver una formula matemática o crear un aparato para una fabrica lo que sea, no importa el sueño la cosa es ser firmes y tener carácter para realizar su sueños y tus metas en la vida.
¿Estamos entonces ante una película que va a permitir a la gente, cuestionarse a sí misma acerca de que si realmente está cumpliendo su sueño? Si es así déjame decirte que es muy interesante el tema que planteas, porque es un tema muy cotidiano que muchos jóvenes viven al estar confundidos y sentirse presionados por un círculo familiar o un grupo social que a veces quiere imponernos un camino que no es precisamente el nuestro.
Y bueno por ejemplo en la gente que estudia comunicaciones, muchos le dicen a sus padres la típica frase: Quiero estudiar comunicaciones” y los padres nos dicen: “¿pero no te conviene mejor estudiar una carrera formal?”. Yo admiro a la gente joven que hace lo que quiere hacer y son ellos los más afortunados, te diría que por lo menos la mitad de los que estudia comunicaciones tiene esa historia.
Eso me hace acordar cuando le dije a mi papá y a mi mamá que quería estudiar comunicaciones, ellos me miraron en silencio y bueno a iniciar la lucha. Esta es una película que tenia que hacerla, sentía esa necesidad; yo pasé muchos años sin el coraje necesario y recién a los 38 años decidí y dije: “¡hasta acá llegue!, ahora comienzo una nueva vida y nunca miraré atrás. Esa ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida.
¿Daniel, ya tienes pensado hacer otro guión, otro proyecto, otra película?
Bueno sí, ya estoy escribiendo otro guión, este nuevo proyecto se llama Home Office, es un guión que ya casi estamos terminando con Álvaro Velarde, todos los días nos reunimos en sesiones de tres o cuatro horas para avanzarlo, estoy en el segundo borrador del y trata sobre los lazos espirituales de las personas, que suelen ser más importantes que los lazos biológicos. Es un tema que me interesa mucho porque yo tengo una hija que adoro y que es adoptada, y el amor que siento por ella es el mismo que siento por mi hijo biológico, para mi no hay ninguna diferencia. Algo como esa famosa frase de Confucio que dice: “no existe padre, el hermano o el hijo, existe la relación de padre, la relación de hermano y la relación de hijo”.
Aparte estoy trabajando por mi cuenta una película de terror, que es un género más comercial, va a ser para un publico juvenil, le dedico menos de tiempo que a Home Office cuyo estreno será el próximo año, en cambio la de terror será para el 2010, entonces la idea es hacer una película cada año y medio, bueno si se puede, aunque es complicado, pero ya se esta trabajando, ya se esta haciendo.
Yo veo una mejora que se viene dando desde hace un año y medio, antes era increíble, se producía dos películas por año, a veces tres o cuatro que ya era un milagro, pero ahora veo que hay más producción; por suerte CONACINE tuvo una gestión interesante, pues ha logrado que aumente el monto de los premios, aunque todavía no llega a lo que debería ser según la ley, pero este año se han financiado cuatro largometrajes con los premios de 150 mil dólares.
Luego está el concurso de cortos, uno realizado en los primeros meses del año y el otro a fines de setiembre, después hay un concurso de documentales, un premio de post producción y otro incluso de distribución; entonces al final, hay más oportunidades de las que había antes. Obviamente sería mejor que no dependiéramos tanto y solamente de los premios, porque sería bueno que haya algún tipo de ayuda tributaria para las empresas que quieran invertir en la realización cinematográfica de un país, como por ejemplo pasa en Colombia, donde una determinada empresa invierte en cine, y se le da una ayuda tributaria para que pueda recuperar su inversión, así las oportunidades de hacer más películas aumentarían.
Parece que el público peruano no responde a las películas nacionales. ¿Por qué crees que pase esto? ¿Crees que de repente no hay una empatía con el público o es que el público está tan acostumbrado a las películas norteamericanas que a veces el lenguaje del cine nacional no le es muy claro? En síntesis ¿Qué crees que esté pasando con el público peruano?
Creo que hay un sesgo que viene de hace años, digamos que es un sesgo negativo y lamentable en el cine peruano, cosa que curiosamente no existe en la televisión; nuestro público si ve las series que a veces no son muy buenas, pero las ve y como que se identifican, pero en el caso del cine es distinto, hay un sesgo, y debido a que el costo de una entrada para ver una película de Hollywood y para ver una película peruana es el mismo, la gente piensa que su dinero estará mejor invertido en ver una película norteamericana .
Eso tiene que ver con una especie de posicionamiento de las películas norteamericanas en la cabeza de la gente. En el mundo este en que cada dólar, en todo el mundo, que entra por concepto de taquilla, mas o menos entre 85 a 90 centavos van a las salas de Hollywood, mientras que 15 0 10 centavos van a las salas del resto del mundo, esta lo llaman Hollygopolio, donde hay un competidor que tiene un dominio casi absoluto, no es un monopolio pero es casi casi un monopolio. Sin embargo existen excepciones como Francia, donde hay mayor difusión y apoyo al cine francés.
Pero esto no solamente tiene que ver con el hecho de que las películas inundan los cines, el problema no es tanto hacer una película porque se puede hacer una película con la cámara que ustedes están usando aquí ahorita, el tema es cómo llegar al público, como hacer que las salas de cine se llenen, es decir estamos acostumbrados, estamos acondicionados por la forma de contar de Hollywood, por una serie de elementos reiterativos, es como el hecho de comer siempre una comida y ahora que venga otra comida distinta, en esta caso esa comida distinta sería las películas que se hacen en el Perú o en Latinoamérica.
Y es increíble que no veamos películas de Argentina, Chile, Venezuela, etc, y es increíble también que en esos países tampoco vean una película peruana, es decir, ya no hemos acostumbrado a ver películas que tienen gran demanda. En eso los cines no tienen la culpa, no puedes obligarlos a poner películas que no tienen taquilla, entonces es el sesgo.
La única forma de salir adelante es hacer mas películas y que la gente se pase la voz; no creo que se trate un trabajo regulatorio de obligar a los cines de pagar una cuota de pantalla, yo no creo mucho en eso por que al final puedes tener la cuota de pantalla pero la gente no puede ir, yo pienso que la cosa es promover más el cine, hacer cine que sea mas accesible al público; por ejemplo una cosa bonita que he visto en la películas argentinas y que me gustaría que se haga acá en Perú es que en las películas argentinas al final ponen: “ESTA ES UNA PELICULA ARGENTINA”, ósea ponen la palabra argentina como marca y eso se debería hacer aquí: ¨ ESTA ES UNA PELÍCULA PERUANA ¨, es un trabajo de promoción que debe llevarse a cabo.
Daniel como última pregunta y tomando como orientación la propuesta de tu película. ¿Cuál sería tu mensaje para los jóvenes que tienen esa inquietud de hacer cine, de querer expresarse?
Bueno yo creo que lo principal es que sienten a hacer guiones, pero que estos guiones no sean guiones tan complicados en términos de producción. Yo por el tema de enseñar en la universidad leo muchos guiones, incluso Cinecorp cada cierto tiempo organiza un concurso de guiones de cortometrajes. Así pues vienen estos guiones con una súper producción, con muchos actores, con muchas locaciones y a la hora de hacer el corto no se pueden concentrar en la parte artística porque están concentrados en todos los elementos de la producción que al final se complica mucho. Pero deberían tener en cuenta lo que el maestro Polanski ha demostrado: que una mosca volando en una habitación de una cocina o en una sala puede ser más aterradora que un dinosaurio de 100 metros de altura hecho con miles de dólares.
Entonces con un buen guión, con pocos actores, pocas locaciones y con una idea original propia, es decir, que salga del alma de uno mismo y hecha con medios bien sencillos, todo puede funcionar, y si es así, ese material hay que enviarlo a todos los festivales posibles para tratar de difundir la obra y conseguir fondos para ese y otros proyectos.
En conclusión, diría que hacer cortometrajes con poco costo de producción y cuidando muchísimo la calidad, sería el camino que deberían tomar todos los jóvenes, aunque el camino es duro, pues se trata de sentarte todos los días a escribir, meterte a todos los concursos; presentar guiones es un trabajo que si uno no puede hacerlo bien, mejor que no se meta en este campo. Uno debe tener la necesidad de hacerlo y sino lo haces es por que tienes una mano que te esta apretando el corazón.
Producción: Betsabé Bruno
Reportero: Eduardo Rodríguez.
Cámara: Juan Carlos Díaz.